domingo, 17 de abril de 2011

aprendiendo a mirar¡¡¡¡

Terraza de una casa familiar
Allí donde estuve, la gente
Transportando mercancias
Bienvenida al rompeolas
Cementerio de Santos
camina con el mismo desenfado que en cualquier otro lugar del universo, se arremolina en los mismas paradas de los mercadillos callejeros y conduce con el mismo nerviosismo que cualquier otro conductor de cualquier otra ciudad. Sin embargo nada de esas conjeturas me sirven para sentirme tranquilo, es como si cada uno de esos personajes de repente se dieran cuenta de mi presencia y decidieran terminar con mi existencia por el simple hecho de no ser de allí, la angustia se va apoderando según camino por esas aceras repletas de seres que caminan con la indiferencia propia de quien conoce el camino que cada día pisa para desplazarse, sin embargo nada de lo que mi cerebro me dicta sucede y es entonces cuando el desconcierto hace mella en mi y las dudas sobre si lo que veo y siento es lo que yo imaginaba antes de llegar.
Pues si, estoy en  Tánger,una ciudad bulliciosa con gente que gravita alrededor de los mismos problemas que en la ciudad de donde provengo, los bares hierven  de tanta gente que hay tomando té o fumando esas pipas de agua burbujean te, las conversaciones traspasan las paredes y sientes esa pasión que entiendes sin llegar a comprender lo mas mínimo de su idioma, sigues caminando y ves banderas de seguidores del mismo club deportivo que tú sigues en tu ciudad y ese asombro va en aumento cuando un poco mas allá también ondea una bandera del equipo rival de mi propio equipo y ellos lo defienden lo jalean y se disputan la liga igual que si fueran mis propios vecinos.
Y todo es normal, todo es cotidiano, quien es amable lo es allí y en Pekin, quien es mal nacido lo es allí y en mi ciudad, solo debo acostumbrarme a que soy yo el forastero, soy yo el que pertenece ahora a la minoría y siento un poco lo que deben sentir los que a mi regreso forman parte de la comunidad minoritaria, quisiera entenderlos un poco mas, para ello debería ser yo quien se  integrase un poco es sus costumbres y viviera algo más el día a día y comprender sus problemas con nuestra sociedad.
Me siento bien, me he sentido halagado y agasajado hasta la saciedad, se que a mi regreso volveré a sentirme bien, se que aún me harán sentir mejor y desde aquí escribo como homenaje a una gente incomprendida que miramos con desgana y des confianza, desde aquí mi gratitud, así de simple, a mi regreso cuando salga a pasear no volveré a sentirme des protegido, simplemente pasearé como ellos hacen por mi ciudad. 
Gracias

3 comentarios:

  1. Me encantó tu homenaje personal a esa ciudad marroquí.
    y no puedo más que citar una frase que hace mucho me dijeron y que comparto desde entonces... "el racismo se cura viajando".
    Si nos preocuparamos más de conocernos en lugar de intentar mantenernos alejados, el mundo sería mejor.
    Buena reflexión para un domingo por la tarde.
    Seguiré atenta a tus entradas.

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  2. Ah!!!! Se me olvidaba mencionar que la elección de las fotos me pareció de lo más acertada.
    Besotes.

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  3. Lo cierto es que esa es parte de su idiosincrasia, cierto que no siempre tenemos la mejor idea formada de ellos, pero por eso nos viene bien bajarnos de nuestro propio pedestal de bienestar para darnos cuenta de lo que se "cuece" por otros lugares. Tal vez sea una manera de que dejemos de mirarnos a nuestro propio ombligo...
    Envidio tu suerte de poder viajar y poder vivir todas esas costumbres y situaciones tan ajenas a nosotros..
    Biquiños gordotes!!!

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