domingo, 24 de abril de 2011

Una Rosa para ti¡¡¡, un Libro para mi

El desayuno, buen principio¡¡¡
Temía despertarme y ver el día no apto para viandantes, pero hemos tenido suerte y el sol nos ha acompañado todo el día, la fiesta seria todo un éxito, la gente se volcaría con ella y los libros y las rosas pasarían de mano en mano hasta llegar al destinatario.
Autopista de libros
Es curioso ver la gente turista de la ciudad que se sorprende de ver varones cargados con sus rosas y descubrir que las chicas van con sus libros caminando, me divierte que piensen que somos cursis, pero ellos ni se imaginan lo importante que nos sentimos arrastrando una rosa hasta llegar al destino sin ni siquiera inmutarnos por vernos con una rosa caminando despreocupados.


Estas son grandes
Para fin de curso
Hoy los libros se disputan el privilegio de ser mas admirados que ninguna otra cosa en la ciudad, se exponen a millares y todos parecen llamarnos, todos nos atraen y muchos de ellos consiguen que los abramos, los repasemos y casi casi nos convenzan para que los llevemos a nuestras estanterías donde ahí seguirían luchando pero esta vez por ser leídos y así evitar caer en el anonimato.
La rosa como siempre ha sido la mas madrugadora, acostumbra a compartir el desayuno cerca de mi y ahí está esperando sentirse útil y pasar a vivir su gloria alimentandose de agua y alguna aspirina desde su trono ajarronado y rezando para que sus días sean los mas largos posibles.
Utiles si son
Eligiendo tema
Ahora toca pasear por el centro, esta vez evitare bajar al meollo del asunto, bajar por las ramblas es una tortura y prefiero pasear por uno de los laterales de la rambla, pero esta de Catalunya a rebosar de gente pero mas cómoda.
después de tantos años, aun me siento feliz por vivir este
día, sera una mañana tocando libros, leyendo prólogos o reseñas, viendo portadas tentadoras, llenar la mente de imagenes que se repiten puesto a puesto pero que parece cada vez que es portada es nueva y no se parece a la que hemos visto unos pasos atrás.
Las hay enanas
La mañana transcurre tras algunas elecciones y muchas muchas paradas visitadas, se que lo mejor aun me queda por vivir, uno de los libros sera firmado al atardecer por su autor y eso me pone nervioso, nunca me han firmado un libro y no creo merecer ese honor.
Firmando
He hecho un montón de fotografías, ellas hablaran mas y mejor de la historia de este día, por primera vez cedo el protagonismo a la imagen y pasa la palabra a ser mera comparsa.
Solo ha sido una fiesta, la Fiesta y el próximo año seguro que sera mejor
Gracias a la rosa, gracias al libro.

domingo, 17 de abril de 2011

aprendiendo a mirar¡¡¡¡

Terraza de una casa familiar
Allí donde estuve, la gente
Transportando mercancias
Bienvenida al rompeolas
Cementerio de Santos
camina con el mismo desenfado que en cualquier otro lugar del universo, se arremolina en los mismas paradas de los mercadillos callejeros y conduce con el mismo nerviosismo que cualquier otro conductor de cualquier otra ciudad. Sin embargo nada de esas conjeturas me sirven para sentirme tranquilo, es como si cada uno de esos personajes de repente se dieran cuenta de mi presencia y decidieran terminar con mi existencia por el simple hecho de no ser de allí, la angustia se va apoderando según camino por esas aceras repletas de seres que caminan con la indiferencia propia de quien conoce el camino que cada día pisa para desplazarse, sin embargo nada de lo que mi cerebro me dicta sucede y es entonces cuando el desconcierto hace mella en mi y las dudas sobre si lo que veo y siento es lo que yo imaginaba antes de llegar.
Pues si, estoy en  Tánger,una ciudad bulliciosa con gente que gravita alrededor de los mismos problemas que en la ciudad de donde provengo, los bares hierven  de tanta gente que hay tomando té o fumando esas pipas de agua burbujean te, las conversaciones traspasan las paredes y sientes esa pasión que entiendes sin llegar a comprender lo mas mínimo de su idioma, sigues caminando y ves banderas de seguidores del mismo club deportivo que tú sigues en tu ciudad y ese asombro va en aumento cuando un poco mas allá también ondea una bandera del equipo rival de mi propio equipo y ellos lo defienden lo jalean y se disputan la liga igual que si fueran mis propios vecinos.
Y todo es normal, todo es cotidiano, quien es amable lo es allí y en Pekin, quien es mal nacido lo es allí y en mi ciudad, solo debo acostumbrarme a que soy yo el forastero, soy yo el que pertenece ahora a la minoría y siento un poco lo que deben sentir los que a mi regreso forman parte de la comunidad minoritaria, quisiera entenderlos un poco mas, para ello debería ser yo quien se  integrase un poco es sus costumbres y viviera algo más el día a día y comprender sus problemas con nuestra sociedad.
Me siento bien, me he sentido halagado y agasajado hasta la saciedad, se que a mi regreso volveré a sentirme bien, se que aún me harán sentir mejor y desde aquí escribo como homenaje a una gente incomprendida que miramos con desgana y des confianza, desde aquí mi gratitud, así de simple, a mi regreso cuando salga a pasear no volveré a sentirme des protegido, simplemente pasearé como ellos hacen por mi ciudad. 
Gracias

lunes, 11 de abril de 2011

Mi reino por....


Tenemos el verano cerca, demasiado cerca diria yo, es época de salir y cumplir con el sueño de un nuevo viaje, ir a un lugar diferente al cotidiano para poder pasear por sus calles, por sus playas o parajes, conocer nuevos hoteles, probar diferentes comidas y bebidas y alargar los días hasta cruzarlos con el siguiente.
Llevo toda mi vida en un peregrinar contínuo, de hecho no he regresado a casa desde que salí de ella cuando era un niño, y digo regresado entendiendo que no he regresado de una forma definitiva aunque si lo hago en vacaciones cortas o días esporádicos, pero eso no es aposentar ni criar raices, por lo que estar fuera de casa es algo natural en mi.
Me encanta viajar, da igual el lugar, me divierte la aventura de lo nuevo por descubrir, conocer gente diversa que como poco te sorprende y aprender costumbres que para mi resultan folcloricas y para ellos es el pan cotidiano de cada día.
Parece como si ese viaje y ese lugar nos proporcionara la sensacion de bienestar tan brutal que por momentos pensamos en que sería muy fácil vivir allí para los restos y que sus costumbres nos serían tan nuestras como las nativas, que sus comidas las aceptaríamos de tan buen grado que no echaríamos en falta las maternas, estamos tan poseídos por ese lugar que rezamos para que se alarguen los días y asi poder vivir perpetuamente el sueño de ese paraiso.
Sin embargo llega la ultima noche, hace días que hemos salido de nuestro nido y debemos regresar, es hora de poner nuestras cosas ordenadas para que quepan en nuestro equipaje y empujamos lentamente esas maletas por ese pasillo que apenas unas horas antes nos parecia la  antesala del paraiso y ahora casi casi nos perece el corredor de la muerte, nos transportan al aeropuerto, un lugar de seres sin rumbo aparente y nos fundimos entre ellos sin llegar a mezclarnos, es cuando nuestra mente intenta ajustar los parametros para asi evitar un trauma excesivo, esas horas de espera en esas salas gigantescas sentados en esos sillones impersonales de plástico horrible e incómodo, ese sonido cansino y repetitivo de los megafonos imposible de descifrar nos conduce a un sopor que raya el martirio.
Ahora valoramos lo que estos dias hemos vivido, comparamos con lo que nos encontraremos en casa y nos resignamos sin que otra alternativa se nos presente como posible; entre tanto meditar nos damos cuenta de que tenemos hambre, las horas de desplazamiento y de espera nos abre el apetito y recodamos con pena las buenas comidas de esos dias de lujo y desenfreno donde todo estaba permitido, hasta la glotoneria, ahora como si de un sindrome de abstinencia se tratara, sentimos la tortura del hambre y no vemos alrrededor otra cosa que no sea un bocadillo impersonal, insipido y casi casi incoloro, nos hace refelxionar y valorar la conveniencia de comerlo o no.
Decidimos alimentarnos, mientras  esperamos en una de esas sillas infernales y es entonces cuando ese sabor nos produce una ansiedad por comer algo que no nos apetece y plantearnos que si estuvieramos en casa saboreariamos lo mismo pero con otro sabor otra textura otro olor.
Esas cábalas nos coducen al recuerdo de algo que no hemos disfrutado en todos estos días, llegamos a la conclusion de que esa carencia haria insoportable vivir en pais ajeno y que ahora precisamente ahora descubrimos que nada de lo que hemos probado es comparable y que en este instante pagariamos lo que pidieran por poderlo saborear.
Miro alrrededor de mi por si alguien ha visto resbalar una gota de saliva incontrolada por la comisura de los labios,
quizas quien se haya percatado piense que es normal tener deseos de  una suculenta comida despues de ese bocadillo pobre en sabor y peor en aspecto, menos mal que esa gente imagina grandes platos con enormes postres y no sabe que mi gran deseo, mi carencia y mi síndrome de abstinecia no es otro que el provocado por la falta de un mísero huevo frito con patatas.
Quién no cambiaría su reino por un huevo frito?